26 ago 2011

TRADICIONES Y CREENCIAS INDIGENAS DEL HUILA


TRADICIONES Y CREENCIAS DEL HUILA

Según la creencia de la mayoría de los americanos, el universo está poblado por legiones de espíritus a los cuales se les atribuyen acciones sobre los seres vivos, entre ellos, dar o quitar la vida mediante procesos mágicos.  AIlí se fusionan los ingredientes de Naturaleza, Espíritu y Magia, cimentado así, las creencias folclóricas, el Lore de los pueblos y hasta el Yo, de algunos incautos, que las viven, las admiten y las promueven.   

La experiencia de la gente de los pueblos va formando caprichosas creencias que, al conocer las, parecen libres de cualquier prejuicio; pero la verdad es que forma parte de un universo visto de un ángulo que es bello, interesante, convincente, aunque no corresponda a la verdad científica.

La zona de los Andes Huilenses disfruta de sus propias características frente a este interesante tema.  En esta extensa región las tradiciones de toda índole hacen furor; vienen desde la época precolombina,’ pero han logrado sobrevivir aunque mezclados con elementos africanos, Europeos, Costeños, Caucanos, Peruanos y Ecuatorianos.  Como cada uno habla de lo que conoce, sabe y le gusta, creo necesario reducir el radio de acción a unos pocos municipios del Huila que conozco; los he trajinado y por eso los quiero, los entiendo y trato de interpretar les sus costumbres, modales, agüeros y mitos, partiendo del principio de que cada pueblo, vereda o familia, produce cambios folclóricos, históricos y agüeristas.
Las creencias parten del indígena, luego se mezclan con las de los negros esclavos, después con la de los misioneros católicos quienes han formado una impronta innegable dando juego a un Sincretismo entre la magia y la religión.

Las contiendas manifiestas en los pueblos de Timaná, San Bartolomé de Los Cambis, hoy La Argentina y Otás, hoy Neiva, para nombrar solo 3, sirven de preámbulo en su historia y étnia vivida para tratar de detallar su mestizaje, su organización y su distribución territorial  
Aquí se presenta algo inesperado; el triste abandono de lo auténtico y comienza a surgir el universo de la magia y el mito, el ir y venir, entre el campo y los pueblos, entre los clanes y tribus, entre negros y blancos, entre criollos y misioneros.

La medicina folclórica se mete entre las creencias del pueblo y toda persona que visita un enfermo, quiera o no, lo formula, es decir, el médico cura con magia y la magia y la medicina siguen de la mano dándole poderes a todo el pueblo; de otra manera, podemos decir que, la magia y la medicina popular están ligadas entre sí, como el mito y el espanto.
Magia es la fuerza misteriosa oculta que pretende conseguir efectos con, ayuda de seres sobrenaturales o secretos de nuestra madre selva.

Hoy se considera toda una ciencia que para muchos de nosotros se empieza a manifestar, pero desgraciadamente, la madre selva, comienza a desaparecer y entonces la interpretación de sus manifestaciones, cada día se hace más difícil e incomprensible; sin embargo, la presencia en el lore de los pueblos, en el folclor y en la vida cotidiana se vive, se siente y se exterioriza, unas veces, para bien, otras, para mal.

La magia existe en la medida de encontrar personas que la cultiven, así sea consciente o esporádica mente; los agüeros son la vigencia del fatalismo de una patología ubicada en lo sobrenatural y producen pruebas de que gran parte de la humanidad es regulada por fen6menos que no logran explicar los efectos que producen a” la luz de las doctrinas religiosas oficiales o convencionales.  
Las Teogonías, Dogmas y Cultos, han sufrido grandes y arrebatadas presiones por implantar la  cristiana universal, pero después de 5 siglos de variados procesos de culturantes, aún contienen la herencia actuante aunque variada en diferentes moldes de los criollos de acuerdo a la vereda, caserío, municipio, departamento o región.

Según la clase de magia (control mental y dominio mental para cada uno) podía tener fuerza maligna pero también hay una magia buena, tímidamente me atrevo a decir: magia negra y blanca, que produce efectos de acuerdo a la mentalidad de quien la practique.
Este mestizaje de magia y religión hace brotar la proliferación de los diferentes agüeros que son el presagio o señal misteriosa y supersticiosa que la mayoría de los pueblos le atribuyen al canto de las aves, al arco iris, al encuentro de un objeto, el saludo de una persona, y a mil cosas más; todo con la intención de adivinar el futuro.

Hoy, todavía aplicamos varios de ellos: recuerde el reguero de arroz que los familiares les arrojan al salir de la iglesia a los recién casados, dizque para augurar le abundancia.
Cuando una mariposa negra entra a la casa le presagian de inmediato que alguien de la familia va a morir. Cuando canta un gallo antes de las 12 de la noche, es presagio de una desgracia social. Si un desprevenido abejón entra a la casa, ordenan, barrer la casa, porque viene visita. Cuando el sol o la luna tienen círculo, la gente dice: círculo en el sol, agua a montón.  Círculo en la luna agua ninguna. 

A las cabañuelas del mes de enero le tienen diferentes interpretaciones, según la región; los 12 primeros días del mes representan el tiempo atmosférico de los primeros 15 días de cada mes, según el orden de numeración y las cabañuelitas la segunda quincena de los mismos 12 meses; pero a la inversa.  Estos ejemplos creo que son suficientes para demostrar que en los Andes Huilenses existen miles de estos agüeros. 

Las supersticiones que son la desviación del sentimiento de las personas débiles, en bien o en mal, son las razones lógicas, normales y objetivas de una causa que nadie sabe explicar; pero que se hace uso de sus poderes.  Es un paralelo con los agüeros; la diferencia entre el agüero y la superstición está en lo volitivo; el primero, está determinado por el destino y, el segundo, por la voluntad.  Ejemplos: cuando la mujer está menstruando, no puede manipular carnes porque se descomponen.  

La mujer embarazada, con solo mirar, adormece las culebras, cuando en un jardín existe una planta bonita y las mujeres visitantes se enamoran y piden semillas, si no se les complace, la mata se seca. Creencias aplicadas en todo el sur del Huila.

En La Argentina, Huila, en Semana Santa no se puede pelear, jugar ni castigar a los hijos porque decían que lo hacían con Jesucristo, no pueden cortar un árbol, escoba o flores porque le sale sangre.  Que la hierbabuena sólo florece el día viernes Santo, a las tres de la tarde, y que el que logra verla, gozará de privilegios durante todo el resto del año.

Para la noche del Año Nuevo, temprano deben echar un huevo crudo en un cristal con agua y a las 12 en punto del día de Año Nuevo deben interpretar las figuras que forman la clara y la yema contra una luz de vela, según la interpretación que le den será el futuro durante el año.
Cuando los poderes rigen, la armonía universal de la mente, actúan a través del hombre, suele suceder que se vuelvan malignos, se dirijan contra el normal discurrir biológico y alteren de manera peligrosa y destructiva la salud y la voluntad humana, con base en pusanas.

En Guadalupe, y otros tantos pueblos del Huila, se le conoce con el nombre de hechizos, encantamientos o brujerías, bebedizos, maleficios, etc, etc.
Entre más mestizos tenga un pueblo, mayor es la creencia en el mal de ojo, y se lo atribuyen a la energía o el humor que algunas personas tienen en la fuerza de la mirada o en razones emocionales al detectar algo de su agrado y que quizá lo desean para sí; al no poder lo adquirir, el niño, animal o el objeto motivo, sufrirá enfermedad o desmedro, razón por la cual se le dice “Mal de ojo”, costumbre muy usual entre los aborígenes de Tíerradentro.

Como demostración de prevención encontramos que casi a la mayoría de los niños se Ies ponen en la muñeca una pulsera con corales y un azabache “rezado” para que los proteja del mal de ojo (aunque el niño tenga figura de mico tití).  El mal de ojo es un hechizo maligno involuntario.

Si una visita viene a ver a una mujer en dieta, es obligación alzar durante un rato la criatura recién nacida, porque si no lo hace, la criatura enferma de pujo; tendrán que llamar de nuevo a la persona para que remedie su efecto.

La velación del retrato es un ritual de brujería que consiste en alumbrar el retrato de la persona elegida con el propósito de atraer su cariño y sumisión, o para vengarse de ella.
Para lo primero, le prenden luces, lo adornan con flores y le repiten oraciones atractivas a determinadas horas de la noche; para el mal, le prenden luces pero el retrato lo pinchan con alfileres o espinas, colocado al revés, y a determinada hora de las 9 noches siguientes, le rezan oraciones pidiendo su venganza (Personalmente experimenté este caso en la vereda de Mirador, municipio de La Argentina; por razones obvias, omito el nombre).  

Para contrarrestar, ‘proteger y conjurar las manifestaciones interiores y exteriores del poder maligno, los peligros, evitar enfermedades, ahuyentar la mala suerte causada por los agüeros o calamidades reales, es necesario el conjuro, porque es el medio institucional, simbólico y sugestionante con el cual se ejerce dominio sobre las influencias negativas recibidas en el cuerpo y en el alma, y así romper las resistencias de la negatividad, fortalecer lo positivo y poner a su disposición los valores del ser humano y los triunfos para lo cual el ser fue creado.

El hombre con su valor y fuerza del poder, tiene que conquistar al conquistador, vencer al vencedor, y superar el pasado.  

La zábila dispone de poderes tan potentes como su propia amargura.  El aborigen protegió la selva y ésta le dio” sus secretos; por eso, hoy la zábila, siendo planta silvestre, ocupa lugar preferencial en muchos hogares, locales comerciales y hasta en los grandes depósitos de drogas y laboratorios por su exclusividad; la historia la consigna como la planta que ungió a Cristo, y es considerada como planta sagrada.

El monicongo es un muñeco de cera negra de abeja.  El dueño redacta un pacto con el diablo por un tiempo determinado y lo firma con sangre de una de sus propias venas; algunas personas le dicen “familiar” y el dueño asegura y hace creer que le ayuda, lo protege, le da plata, le concede todo lo que le pide y que por eso él le da hasta la vida. Por feo que sea, para el se le hace bonito, y cuando le pide comida, lo alimenta con alfileres.

Aquí podemos decir que el hombre es tan capaz que según su fuerza de voluntad, puede desdoblar su mente, buscar la disociación temporal del espíritu y del cuerpo y alcanzar poderes especiales, controlar la disociación y alcanzar sus objetivos de acuerdo con el grado de voluntad aportado para lograrlo.

La bruja es otro ejemplo de la mujer que, según     creencia popular, se preocupa por perfeccionar acciones sobrenaturales y diabólicas, para bien o para mal, para volar en la escoba o para hacer hechicerías y pueden ser viejas y feas, jóvenes y bonitas, alegres o tristes.
Los Mohanes eran entre los aborígenes Pijaos, Paez y Andakíes, unos personajes ejercitados y dedicados al arte de la magia; as lo registra el Cronista Juan de Castellano, en su “Historia del Nuevo Reino de Granada”.

En otro de sus apuntes dice que los Mohanes, al parecer, los curanderos de la época, vivían en las playas del río Yumay y sus sectores aledaños; los describe como hombres que vivían en las cavernas, que fumaban tabaco y raptaban las mujeres de su agrado que encontraba lavando.

Los Mohanes son un verdadero eje de todo un sistema de leyendas religiosas y sociales, que fueron perseguidos por el credo católico, español y criollo, porque consideraban que su eliminación de la mente de los mestizos, era indispensable para su conversión al catolicismo.

Toda esta lucha fue perdida porque el Mohán sigue vivo en la mente de los criollos, mestizos y blancos; pues el primer rebelde de la guerra de los 1.000 días en Palermo llamado Pedro Cuéllar, tomó como apodo El Mohán, y así se hizo famoso por tantas maldades que le hizo al gobierno.

Son muchas las historias que a diario se escuchan en boca de los pescadores, trabajadores, lavanderas, y en fin, en todas las personas mayores. Podemos decir que la lucha continúa contra un sistema social que, de manera violenta, se ha querido imponer a los indígenas de los Andes Huilenses

Texto extraído del libro “MEMORIAS DEL HUILA” por Bilivar Sanchez Valencia, Edición
de 1990.

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