29 sept 2011

“EL DEPARTAMENTO DEL HUILA”: HISTORIA DEL HUILA


CATEDRAL DE NEIVA HUILA COLOMBIA


El Departamento del Huila 

Según el historiador IIdefonso Trujillo Vargas (1999), todavía en los albores del siglo XX Colombia no había consolidado su unidad nacional. Los departamentos, que la Constitución de 1886 había heredado de los Estados Federados que los precedían, eran inmensos territorios de arraigadas tradiciones de autonomía regional que no se compaginaban con el férreo esquema centralista adoptado en el estatuto de Núñez y Caro, y no se adaptaban al nuevo esquema de organización territorial.

La separación de Panamá, a la vez que exacerbó sentimientos nacionalistas, revivió sueños de secesión, particularmente en el Cauca y Antioquia, donde existían notorios antecedentes y no disimuladas inclinaciones. Por Decreto Legislativo 029 del 10 de febrero de 1905, Rafael Reyes convocó una Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa, integrada por tres diputados por cada departamento, con dos suplentes cada diputado, designados todos por los Consejos de Gobierno Departamentales. En su función constituyente, la Asamblea Nacional de 1905 expidió diez actos reformatorios y su función legislativa se tradujo en la expedición de numerosas leyes.

El proyecto de ley sobre creación de tres departamentos presentado a la Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa por el Ministro de Gobierno, doctor Bonifacio Vélez, el 25 de abril de 1905, dispuso en uno de sus artículos la creación del departamento de Neiva, con capital en la ciudad del mismo nombre, formado por las provincias de Neiva y el Sur. Al darse el tercer debate, el 27 de abril, el doctor J. M. Quijano Wallys propuso que "se denomine Huila en vez de Neiva al nuevo departamento", el cual se creó por Ley 46, expedida el 28 y sancionada el 29 de abril de 1905 (Trujillo Vargas, 1999).

EI15 de junio de 1905 inició vida administrativa el nuevo departamento bajo la dirección de su primer gobernador, el doctor Rafael Puyo Perdomo, oriundo del municipio de Tesalia y quien debió afrontar una difícil situación económica. Desde entonces, el Huila comenzó a gobernar con autonomía sus destinos e inició un período de continuos esfuerzos en procura del progreso. Para el gobierno la tarea se orientaba en la construcción de nuevas vías que facilitaran el comercio y estimularan la producción y a salvar, con barcas, el gran escollo en lo que se había convertido el río Magdalena.  Para los particulares, la empresa consistía en incorporar a la actividad agrícola nuevos productos y a promover el desarrollo de obras que dieran paso a la modernidad, tales como el ferrocarril, las carreteras, los puentes y la electrificación. Con estos elementos, de uno y otro sector, reunidos por la fuerza convincente de la iglesia, se formó una generación de hombres que marcó con sello característico a la sociedad huilense.

En lo político y social este período se caracterizó por una constante disputa entre liberales y conservadores. Unos utilizaban los púlpitos de las iglesias y otros los editoriales de los periódicos para señalar su profundo e irreconciliable desacuerdo. Monseñor Rojas Tovar se empeña en defender y afianzar los principios de la religión católica y del conservatismo, mientras los liberales, entre ellos los doctores Anselmo Gaitán Useche y Ramón Alvira Durán, asumen la tarea de defender el progreso y el libre pensamiento. Bajo la tutela del prelado se va formando una generación de huilenses que heredarán la dirección del departamento y actuarán en él hasta más allá de la mitad de siglo. A su turno, otros hombres empresarios y progresistas, como Reinaldo Matiz Trujillo, Leónidas Lara y Jorge Villamil Ortega, intentarán aclimatar empresas modernas de electrificación, transporte, comercio, diversión y producción cafetera.

Era el período del champán, de los movimientos de protesta de los bogas, de la llegada de los hidroaviones de la Sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo, SCADTA (el 19 de octubre de 1920 llegó a Neiva el primer hidroavión), de la iniciación de carreteras en el departamento, de la gran depresión y de la caída de la hegemonía conservadora. Construcción de carreteras El historiador Bernardo Tovar Zambrano (1996) señala que en los años veinte se inició la construcción de algunas carreteras: en 1923 existían apenas 30 km construidos y 15 en proceso de construcción.



Texto extraído  del libro “Huila, Montaña Luminosa” del historiador Camilo Francisco Salas Ortiz

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